Declaración de Bogotá
El Comité Regional de la Internacional de la Educación para América Latina, y las organizaciones participantes, en el Primer Encuentro: Hacia un Movimiento Pedagógico Latinoamericano, reunidas en Bogotá, Colombia entre el 5 y 7 de diciembre del 2011, declaramos:
Nuestros pueblos latinoamericanos desarrollaron durante dos décadas importantes luchas que enfrentaron tanto a las dictaduras militares como a gobiernos de origen democrático al servicio de las oligarquías y el imperialismo.
En la década del noventa, profundizaron su accionar en la resistencia a las políticas neoliberales que las democracias condicionadas por el consenso de Washington aplicaron salvajemente sobre nuestras sociedades produciendo desempleo, hambre, exclusión social y educativa.
Estas luchas dieron nacimiento a una nueva etapa histórica en América Latina, en la que una importante cantidad de gobiernos democráticos y populares comenzaron a desandar el camino del neoliberalismo, tomando distancia del consenso de Washington, en procesos no lineales, ni exentos de contradicciones.
Se abrió un nuevo tiempo que se caracteriza por la recuperación del papel del Estado como regulador de la economía, con un claro sentido social, que permite la ampliación de derechos ciudadanos y de restitución de la soberanía nacional, en muchos países de nuestra América.
En otros países, que aún se encuentran sometidos a las reglas neoliberales, esos avances se han constituido en referentes políticos y sociales que potencian la lucha libertaria y democrática de los pueblos que todavía pugnan por alcanzar su independencia y la construcción de gobiernos que asuman las demandas sociales y que no estén al servicio de las transnacionales.
El rechazo al ALCA en Mar del Plata, Argentina, en 2005, significó un punto de inflexión a partir del cual fue posible la creación, el avance y consolidación de formas organizativas de integración regional tales como, Mercosur, ALBA, UNASUR y ahora la CELAC como marco de coordinación de políticas económicas, sociales, culturales y de defensa. Esta integración regional de América Latina tiene un claro rasgo antiimperialista.
En este contexto, las luchas de resistencia de docentes y estudiantes al modelo neoliberal educativo, construyeron simultáneamente propuestas alternativas que lograron incidir en las políticas pública. Eso explica que en varios de nuestros países se hayan registrado importantes avances normativos, en términos de financiamiento y responsabilización de los Estados nacionales, mejoramiento de los salarios y condiciones laborales de las trabajadoras y trabajadores de la educación y ampliación del derecho a la educación, para vastos sectores sociales, hasta ahora excluidos.
No obstante, quedan aún fuertes enclaves del modelo educativo neoliberal en América Latina y el Caribe. Pero también cabe señalar que aún coexisten en las políticas de algunos gobiernos populares y democráticos, continuidades y rupturas con los modelos educativos impuestos por los organismos internacionales de crédito.
Es por ello, que desde el profundo conocimiento de los sistemas educativos, de la escuela y de los problemas que nos desafían en esta etapa, las organizaciones que representamos a las trabajadoras y trabajadores de la educación, asumimos el compromiso de poner en marcha un movimiento pedagógico latinoamericano que dé direccionalidad político pedagógica a los cambios educativos que se están produciendo en la región de los cuales somos protagonistas, y potencie la construcción de una propuesta alternativa en aquellos países todavía anclados en la política educativa neoliberal.
Este movimiento, llamado a recuperar los mejores aportes de la pedagogía mundial y el acervo latinoamericano, que va de Simón Rodriguez a Paulo Freire; debe simultáneamente interpelar a las políticas públicas y a las trabajadoras y trabajadores de la educación, en sus prácticas cotidianas.
Algunos ejes vertebradores de este movimiento pedagógico deberían ser:
- La integración regional con un sentido antiimperialista.
- La multiculturalidad y el respeto a la diversidad.
- La articulación de las escuelas con las organizaciones del barrio. La escuela como centro cívico cultural y barrial.
- Una práctica pedagógica y didáctica que se base en la construcción crítica y democrática del conocimiento profundamente enraizado en la identidad y realidad latinoamericana y caribeña.
- Condiciones para que sea posible el trabajo docente colectivo e interdisciplinario, recuperando el control de las trabajadoras y trabajadores sobre el proceso educativo.
- La evaluación de los procesos educativos concebida de manera integral, institucional, participativa, sistemática, formativa, diagnostica y no punitiva.
En función de estas consideraciones y entendiendo al movimiento pedagógico latinoamericano como un proceso democrático y en construcción en el que se puedan expresar la diversidad de miradas y las particularidades inherentes a cada una de nuestras naciones, nos comprometemos en este momento histórico fundacional a:
· Profundizar la articulación con el movimiento estudiantil y con todas aquellas organizaciones comprometidas con la defensa de la educación pública, como un derecho social.
· Realizar durante el año 2012 encuentros del movimiento pedagógico latinoamericano (MPLA) en cada país de la región.
· Convocar en el segundo semestre del 2013 el Segundo Encuentro: Hacia un movimiento pedagógico latinoamericano.
· Realizar la primera jornada continental del movimiento pedagógico el 19 de setiembre del 2012, fecha del natalicio de Paulo Freire.
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